Tres treinta

Melina del Castillo
2 min readMar 6, 2021

--

Son las 3 y media de la mañana y todavía no me puedo dormir. Creo que ya lo probé todo y nada parece funcionar. Estoy cansada, sí. Mi cuerpo está agotado, pero mi cabeza no para de dar vueltas.

Hablo con mi cerebro entre calambres, tomo agua, un té, lloro, río, todo se vuelve inútil.

Cuando tengo que volver a la vida que no quiero, ahí es difícil. No sé qué puedo hacer o qué quiero hacer para desbloquear la mente. Necesito que esto pare, pero ya no por un tiempo ni por una noche. No quiero un placebo, no quiero olvidarme y después arrepentirme. No. Quiero una solución definitiva, una respuesta que me ilumine y me diga que todo esto tiene sentido.

Necesito blanquear mi cabeza de manera permanente o no voy a poder seguir.

Me siento en esos videojuegos de lógica en los que llegás a una parte de la misión en la que te falta UN solo objeto para abrir la puerta o pasar al siguiente nivel.

Me siento atorada y a lo único que se me ocurre recurrir es a lo metafísico, a la magia. Ya no sé qué más hacer. Probé alucinógenos, probé métodos naturales, algunos relajantes, intenté meditar, comer sano, caminar, cansarme físicamente, seguir de largo… Solo quiero dormir bien.

Deseo descansar una noche, libre de pesadillas y movimientos bruscos. Y al amanecer, deseo estar lo suficientemente despierta para enfrentar el día y cumplir mis objetivos.

Quiero la mente fresca y limpia, para pensar, coordinar, planificar, para crear, para lucirme de una vez por todas. Quiero dormir bien para poder estar despierta.

--

--